La vejiga hiperactiva, OAB (por sus siglas en inglés), es una afección que provoca una necesidad urgente de orinar.
Muchas veces puede llegar a ser muy difícil de controlar desembocando en una disminución de la calidad de vida, limitando los desplazamientos, generando angustia e incluso aislando a las personas que lo padecen y restringiendo su vida laboral y social.
Síntomas de la frecuencia urinaria y vejiga hiperactiva
Los riñones producen la orina, la cual se desplaza hacia la vejiga para ser expulsada del cuerpo a través del conducto llamada uretra, cuyo músculo -es esfínter- se abre para que la orina pueda salir.
Cuando la vejiga se llena, el cerebro recibe unas señales nerviosas que provocan la necesidad de orinar. A la hora de orinar, las señales nerviosas causan la relajación de los músculos del suelo pélvico y de la uretra, contrayendo los de la vejiga para poder expulsarla.
La vejiga hiperactiva acontece cuando los músculos de la vejiga experimentan contracciones involuntarias sin que la propia vejiga se encuentre llena, causando la necesidad urgente de orinar.
Aunque se trata de una anomalía fisiológica, es un caso bastante más frecuente de lo que nos podamos imaginar. De hecho, hay personas que lo han padecido durante toda su vida siendo tachados de meones.
Es frecuente que los episodios de vejiga hiperactiva se den en niños pequeños, durante la etapa de la adolescencia y la juventud se normalice, y a partir de los 28 más o menos vuelva a acentuarse hasta los 38 o 40 años.
La situación de estas personas es que como siempre han estado sufriendo estos síntomas los consideran normales y solamente cuando se comparan con otras personas observan que el comportamiento de su vejiga no es normal, o bien cuando esta afección empieza a condicionar su calidad de vida.
Causas de la vejiga hiperactiva
Aunque no se trata de una afección de gravedad puesto que muchas veces puede solucionarse cambiando determinados hábitos, siempre es recomendable que el paciente se someta a un estudio para descartar otras patologías más graves.
- Una infección oculta puede provocar un aumento de la frecuencia urinaria
- Una pequeña litiasis: los cálculos en la vía urinaria producen una inflamación con una sintomatología muy similar a la vejiga hiperactiva. A veces no es fácil de detectar a simple vista porque no todos los cólicos producen dolor, a veces cuando la piedra se enclava justo donde termina el caño de la orina, el uréter con la vejiga produce unos síntomas indiferenciables de una vejiga hiperactiva o incluso una infección de orina.
- Otros trastornos y cistopatías inflamatorias.
Cuándo ir al especialista
Hay una verdad clara en este asunto: cuando condiciona la calidad de vida. Toda enfermedad que limite la calidad de vida hay que atajarla para poder mejorar.
Si un paciente experimenta un aumento inusual de la frecuencia urinaria durante un periodo de tiempo prolongado sería necesario que visitara a un especialista. En INAI somos profesionales cualificados en trastornos urinarios y esta es una afección que acostumbramos a tratar.
Lo primero que habría que hacer es estudiar el caso, siempre con la idea de que vamos a comprobar la normalidad. Al fin y al cabo, si la sintomatología corresponde con la vejiga hiperactiva lo más probable es que el diagnóstico lo corrobore.
Si el paciente muestra un aumento de la sensibilidad, orina con más frecuencia de lo habitual y tiene que ir muchas veces corriendo lo más probable es que una vez descartadas las enfermedades de gravedad el diagnóstico sea de vejiga hiperactiva lo cual no reduce en sí en problema sino que tendrá que ser valorado en función de su gravedad. Lo consideramos enfermedad cuando condiciona la calidad de vida.
Cuándo condiciona la calidad de vida
Para determinar si la vejiga hiperactiva está mermando la calidad de vida del paciente es necesario apreciar un cambio en sus hábitos y costumbres.
Un ejemplo muy claro es el del agricultor. Hay muchos agricultores que padecen de vejiga hiperactiva durante toda su vida pero al trabajar en el campo nunca han sufrido problemas para orinar tantas veces como quieran porque en el campo puedes orinar en cualquier sitio. Ahora bien, si este agricultor sale del campo, en su ámbito laboral empezará a notar que algo no funciona bien.
Muchas veces por el simple hecho de experimentar un cambio de trabajo de uno en el que se tenía libre disposición para acudir tantas veces como fuera necesario a orinar, a uno en el que por ejemplo te sientan en un sitio del que no puedes levantarte en dos horas, se pasaría de estar bien a tener un problema grave, que obviamente va a condicionar la calidad de vida, y por supuesto, el puesto de trabajo.
Vejiga hiperactiva VS incontinencia urinaria
Actualmente la vejiga hiperactiva no se ha catalogado como un tipo de incontinencia urinaria porque el primero atiende a un aumento de la frecuencia y el segundo a una incapacidad para contener la orina.
Ahora bien, para detectar algún tipo de incontinencia en casos de vejiga hiperactiva la pregunta clave sería: Si no vas a al baño, ¿acabaría escapándose la orina?
Existen pruebas específicas y estudios urodinámicos a los que un paciente puede someterse para poder saberlo.
No obstante, lo más probable es que el tratamiento no vaya a diferir mucho de si existe un poco de incontinencia o no porque al final lo que tenemos que aumentar es la capacidad vesical o disminuir esa sensibilidad que le permita al paciente poder decidir cuándo va a al baño.
Cómo detectar una enfermedad oculta detrás de la vejiga hiperactiva
Tal y como se ha explicado en este post, en ocasiones, la vejiga hiperactiva puede ser un síntoma de una enfermedad oculta. Sin embargo, en casos en los que el aumento de la frecuencia urinaria se ha prolongado durante años sin que el paciente pidiera ayuda, ¿sería posible que esta fuera provocada por otra enfermedad?
Lo primero que debemos hacer es preguntarnos en qué momento el aumento de la frecuencia urinaria ha empezado a molestar al paciente y por qué antes no lo hacía, porque efectivamente analizando este aspecto podremos sacar a la luz (en caso de que la hubiera) una enfermedad oculta.
En medicina se debe trabajar siempre sobre el mayor número de certezas posibles y descartar todo aquel proceso que sea reversible o que sea peligroso, incluso un tumor podría producir unos síntomas muy parecidos, porque si un tumor se asienta en la zona donde sale la orina va a producir una inflamación, igual que esa inflamación la puede producir una cistopatía, un cálculo en la orina o una infección.
Por eso y para no abrumarnos como pacientes, lo más recomendable cuando uno comienza a sentir alteraciones en la frecuencia urinaria que condicionan su vida es someterse a una evaluación inicial con análisis de orina, cultivo de orina y ecografía. De ese modo partiremos de una base con la que empezar a investigar.